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29 abr 2011

EDDIE VEDDER


Era un niño que quería a su madre pero que no sabía si querer a su padre. Cómo podía querer a una persona que enrojecía la cara de su madre, que hacía que de sus ojos saliera agua cristalina y que escocía, la misma que le salía a él cuando le dolía la tripa. Era su madre, tan dulce, feliz con su padre, el de semblante rudo? Con el tiempo, la angustia pasó. Bien, sólo se transformó. El infante pasó a niño, y de niño a chaval y de chaval a joven que exige respuestas. Él no era su padre, su padre era otro, un amigo común de la familia, fallecido ya. Que angustia vivir engañado, que angustia descubrir demasiado tarde! Y que suerte para el rock, para el grunge. El joven pasó a hombre, al hombre conocido como Eddie Vedder, la voz viva del grunge más respetada.



Edward Louis Severson III nació el 23 de diciembre de 1964 en Evaston, Illinois. Hijo de Karen Lee Vedder y Edward Louis Severson Jr.. Su padre era un músico de poca monta. Afortunadamente, de él heredó sólo la genética musical y no su carácter más pusilánime. Por lo que se ve, el matrimonio no debió mejorar con la irrupción del pequeño Edward. En 1965, Karen y Edward se separaron, pero al cabo de poco tiempo Edward volvió a tener un padre: Peter Mueller. De la infancia de Eddie se saben pocas cosas. Suponemos que fue una infancia un poco difícil, pues su padre no era precisamente muy atento con su madre. Todos estos hechos marcaron de una forma profunda en el carácter de Eddie: introvertido, solitario, meditabundo, con una tensión y una rabia que al paso de los años se iba acumulando en su interior. A sus cinco años la familia al completo se trasladó a San Diego, California. Allí pasó gran parte de su infancia y adolescencia, y allí fue donde descubrió y practicó dos de sus grandes pasiones: el surf y la música. A los doce años recibió de parte de su madre uno de sus mejores regalos de cumpleaños: una guitarra. Des de entonces, el chico empezó a relacionarse con aquel instrumento y a través de éste expresar todo aquello que le hería por dentro. Así mismo, hacía con las olas del mar y con su tabla de surf. Más tarde la familia volvió a Chicago. A los quince años decidió que para crecer sano y salvo debía abandonar el hogar familiar, donde su relación con su padre era ya demasiado tensa. El primer paso que hizo para desprenderse de aquel individuo que representaba el papel de padre fue cambiarse el apellido, de Mueller a Vedder, el de su madre.

Viviendo por su cuenta en San Diego, un día el joven Vedder recibió una visita de su madre. Por aquel entonces ella ya se había divorciado del tormentoso Peter Mueller, y ahora ya podía sacar a la luz el secreto mejor guardado: Mueller no era el padre biológico de Eddie, sino un tipo que Eddie había visto algunas veces y que era amigo de la familia. El recuerdo borroso, aquel al que se coge Vedder, era de un tipo que les había visitado en Chicago alguna vez y que venía siempre con muletas o silla de ruedas. Edward Louis Severson Jr. Padecía esclerosis múltiple y murió a causa de esta enfermedad. La noticia de saber que el tal Mueller no era realmente su padre le alegró mucho pero al saber que nunca podría conocer a su verdadero padre le hundió en una profunda tristeza. Tengo que vivir con la angustia de no haberlo sabido antes mientras estaba vivo”, comentaba Eddie años mas tarde, y con conocimiento de causa recomienda la verdad. “Yo era un gran secreto, y los secretos son malas noticias. Los secretos sobre adopciones, o sobre cualquier cosa deben salir a la luz. No los guardes. Se van haciendo mas y mas grandes, y oscuros, y profundos”.



Después de este episodio decidió volver a Chicago con su madre y sus hermanas. Pero el regreso fue breve, pues a sus veinte años volvió al mar con su novia Beth Liebling. Allí se pasó unos cuanto años pasando de curro en curro, siendo el más estable el de dependiente de gasolinera. Mientras trabajaba a todas horas y en sus ratos libres, su cabeza no paraba de componer canciones y cuando podía iba grabando sus canciones. Además cada mañana se pasaba sus horas en la cresta de la ola con su tabla de surf. Ésta era su vida intensa donde el dormir era una quimera. En uno de sus múltiples curros, el de montar escenarios, conoció a un tal Jack Irons, el que fuera batería de los Red Hot Chilly Peppers. De allí se forjó una duradera amistad que luego fue clave para el futuro profesional de Eddie y la creación de Pearl Jam. Todo sucedió en uno de los muchos viernes en que quedaban para echar unas canastas y intercambiar conocimientos musicales. Jack venía con una cinta casete proveniente de Seattle y de una banda que buscaban su cantante solista. Eran cinco temas musicales, sin letra, tocados por Jeff Ament i Stone Gossard. Aquella noche de 1990 Eddie Vedder escuchó atónito, des de la gasolinera, los cinco temas que dieron nombre a las Stone Gossard Demos. Vedder flipó literalmente con el riff de guitarra de la pieza titulada Dollar Short. Meses después aquella canción cambiaría aquel nombre por el de Alive, uno de los himnos más reconocidos de Pearl Jam, del grunge y hasta de la gran historia de la música. Pero todo esto llegó más tarde. 

 

Aquella cinta sumió en una especie de trance al joven Vedder y al instante se puso a escribir las mejores letras para aquellas composiciones musicales. Fue así como de las cinco composiciones sacó una trilogía que funcionó como una especie de ópera-rock. Esta cinta es conocida como la trilogía Mamasan y está formada por las canciones Alive, Once y Footsteps. Las tres están enlazadas por una historia dramática que empieza con la historia de un chico al que se le muere el padre y tiene que adoptar su papel de figura responsable con su madre. Pero la tensión y la ausencia de la figura paterna le provocan tal angustia vital que está a punto de explotar. Así pues, en Once el chico explota y se transforma en un personaje violento, en un asesino múltiple. Finalmente en Footsteps, el último tema, es apresado, condenado a muerte y ajusticiado. 
 
Una vez Mamasan estuvo lista, la envió por correo a Seattle. Al recibirla Jeff y Stone quedaron entusiasmados sólo oír la voz de Vedder. “...Conocer a Eddie fue un regalo de Dios. Se ajustó perfectamente a lo que estábamos haciendo, tato musical como personalmente” comentaría Jeff Ament.

Así pues poco a poco se fueron conociendo, viendo como encajaban las piezas entre unos y otros, y las notas fueron agrupándose en el pentagrama formando el cancionero del primer disco de Pearl Jam, el Ten. Pero antes de ser Pearl Jam fueron Mookie Blaylock, el nombre de un jugador de básquet profesional de los New Jersey Nets con cuyo cromo jugaban los chicos de la banda. Cómo tenían que llamarse de alguna forma en su primer concierto usaron el nombre del deportista. Pero al cabo ya de unos cuantos conciertos Vedder llegó un día con una propuesta para cambiar de nombre a la banda. Era Pearl Jam. El nombre les gustó mucho por su sonoridad pero aún les gustó más la historia que venía detrás. Y es que el joven Vedder había tenido un abuelo que era indio americano y que tomaba peyote. Este peyote lo utilizaba su abuela Pearl para hacer mermelada (jam).

En la primavera de 1991 la banda participó en el rodaje de la película de Cameron Crowe, Solteros. En abril el primer disco estaba terminado y lo sacaron al mercado con el nombre de Ten, el número del dorsal de Moookie Blaymock. Pero había alguna cosa que aún fallaba. Cualquiera que haya escuchado el Ten habrá oído grandes temas y algunos de ellos llenos de una fuerza y una rabia donde se capta la esencia pura del grunge. Pues al interpretarlas en directo, Eddie era más bien tímido y retraído en mostrar su rabia interior, adoptando una actitud poco receptiva con el público. Pues bien durante la gira de conciertos cruzaron la frontera para tocar en Victoria, Canadá, en un local llamado Harpo’s y dónde taloneaban a los amigos Alice in Chains. Parecía que aquella noche el público mostraba poco interés en la banda y eso empezó a molestar a Vedder que al final cansado de tanta hostilidad se encaró con rabia al público y cogió la pesada y sólida base del micrófono y la lanzó por encima de todas las cabezas del público, estrellándose contra la pared del fondo creando un gran estruendo. Aquel acto cambió la actitud de Vedder a la hora de actuar en directo. Parecía como si finalmente hubiese explotado, había dejado ir toda su rabia interior, todo aquello que lo había torturado en silencio des de pequeño, todo aquello que plasmaba en sus letras. Ahora estaba desatado y a partir de entonces no paró. Era un torbellino y era un peligro hasta para su propia seguridad. Se subía a todo lo que veía, se tiraba encima de la gente (de hecho, dicen algunos que lo que hacía era surfear sobre cabezas humanas) y volvía al escenario totalmente magullado, con la camiseta hecha jirones y con una energía descomunal para continuar con el show. Cabe decir que año tras año y después de pasar a una fase más relajada tanto musical como personalmente, sus actuaciones en directo son más comedidas. Pero el carisma ya lo tenía. Lo ganó en un pulso contra si mismo y sus circunstancias.



La filosofía de Pearl Jam en sus directos era la de mantener la máxima comunicación con el público, buscaban la perfecta interactividad con él. Así Eddie Vedder hablaba mucho con el público, tocando temas escabrosos y dando su punto de vista sobre diversas cuestiones vitales. La interactividad era total cuando pedía al público que escogieran la canción siguiente para tocar. A Pearl Jam les gustaba tocar en directo y hacían sus shows tan largos como podían. De hecho, dice la leyenda que varias veces llegaron a tocar su enésimo bis ya con cuatro gatos de público y con el personal de limpieza levantando el campamento.

Vedder ha sido y es un tipo bastante íntegro en sus ideas, con una visión de la vida entre el misticismo y cierto radicalismo, tienen claro que para él lo más importante es su música (después, claro, de su familia) y por ese motivo repudia cualquier abuso de la música de la banda. Y así fue des de un principio. Ningún miembro de la banda quería que nadie se aprovechara de la fama para uso personal. Por eso, después de grabar el vídeo clip de Jeremy, Vedder se niega a hacer lo mismo con Black, e iniciaría un largo periodo sin grabar ningún vídeo musical. Este periodo se terminó con el vídeo animado Do the evolution del Yield, aunque no salía nadie de la banda.

Así pues a lo largo de los años, y sobretodo con los primeros discos, Eddie Vedder pasó a ser una figura pública, un ídolo de masas que debido a su magnetismo y actitud positiva pasaba a ser reconocido en cualquier lugar. Un ejemplo de todo este fenómeno ocurrió durante un partido de jockey donde Vedder iba como simple espectador y tuvo que ser rescatado antes de ser aplastado por sus fans. Pero Vedder bien sabía quien era y lo que quería. No era un mártir, un cantante contra todo el mundo, él podía denunciar lo que quisiera con sus canciones, él podía sacar toda su rabia a la hora de tocar, pero en su vida privada siempre buscaba el equilibrio perfecto. No como uno de sus personajes más admirados y compañero de generación: Kurt Cobain. El 8 de abril del 1994 hacía pocos días que Kurt había fallecido y aquella noche PJ tenían concierto. Nada más salir a escena, Vedder dijo, "...no creo que sea una buena idea elevarse uno a sí mismo. Creo que hay veces que puede ser algo muy peligroso... algunas veces, lo quieras o no hay gente que te eleva por sí misma... y es muy sencillo caer después. Así que... no quiero ser el mensajero, no quiero ser alguien que dé malas noticias. Pero no creo que ninguno de nosotros deba estar hoy en este local, si no es en memoria de Kurt Cobain... 1,2,3,4..." y empezó a sonar Release. Estas palabras definen muy bien cual es la verdadera naturaleza humana de Vedder y siendo fiel a si mismo empieza una guerra contra la prensa y contra todos aquellos que quieren elevarlo a estrella del rock mediática. 

 

Otra anécdota desgraciada que ejemplifica muy bien el fanatismo hacia el cantante fue durante la gira del VS, en el concierto del festival de Roskilde (Dinamarca), donde éste sufrió el robo de su diario personal y un libro de poemas. Es curioso, pero este pequeño incidente en una localidad tan remota como Roskilde (donde eso sí se hace un muy buen festival) no fue nada con lo que pasó años después. En verano del 2000, Pearl Jam era otra vez, uno de los cabezas de cartel de Roskilde. Aquella vez pero la tragedia se cebó en ellos. Dicen que fue debido a que los altavoces que se encontraban en la parte posterior se estropearon. La gente al no oír bien el concierto se abalanzaron hacia delante de tal manera que acabaron causando una avalancha humana en la que murieron unas ocho persona aprisionadas en las filas delanteras. La reacción inmediata de Eddie Vedder es la de pedir al público que den un paso hacia atrás. Pero ya es demasiado tarde. El suceso cae como una losa encima del grupo. El ánimo se resquebraja y los dos conciertos que faltaban para finalizar la gira son suspendidos. La sombra de la disolución planea encima del futuro del grupo. Vedder decide retirarse durante un tiempo. En este periodo, visita Barcelona y Mallorca. Pero la fuerza de Pearl Jam, la vitalidad, la rabia y el talento de Vedder pasaron el bache y volvieron a actuar al cabo de pocos meses.

Otro aspecto a destacar del carácter y la actitud frente la vida de Eddie Vedder es su profundo compromiso con muchas causas sociales, haciendo así apariciones y conciertos con la banda o en solitario en actos benéficos para el Tíbet, para fundaciones contra el hambre, contra la guerra de Kosovo, y por supuesto contra la guerra de Irak, en la que, igual que muchos otros grupos americanos, declararon abiertamente su repudia a las acciones bélicas del gobierno de Bush hijo. Probablemente el punto más álgido de su cruzada política está en la gira ‘Vote for change’ que junto con sus compañeros de banda inicia con artistas de la talla de Bruce Springsteen, Dixie Chicks o REM por todo Estados Unidos. De la forma que sea, Eddie Vedder siempre está allá para tal como dice "...si puedes animar a la gente que escucha tu música a que se informe de ciertos temas, que se movilice ante ciertas causas, puede ser algo realmente positivo, y nosotros, como artistas que somos, creo que tenemos una responsabilidad en ese sentido".

Así pues la voz del grunge, la que mejor ha resistido a los años, es la voz de la consciencia social del pueblo americano. La voz cavernosa de Vedder, aquella que algunos se atreven a comparar con la de Jim Morrisson, es la mejor narradora de miles de historias personales que se hacen universales, así como de hechos sociales que se filtran en las conciencias de todos sus fans. Eddie Vedder sigue en la cresta de la ola, aunque a veces esta se vuelve indomable.



Ficha de Eddie Vedder  
Nacido el 23 de diciembre de 1964 en Evanston, Chicago, Illinois
Nombre completo: Edward Louis Severson, III
Vocalista principal de Pearl Jam, guitarra rítmica, autor de la mayoría de letras y contribuye al diseño artístico de los álbumes con el pseudónimo de Jerome Turner.
Otros instrumentos: toca el acordeón, harmónica, ukelele, batería
Grupos anteriores: Bad Radio, Temple of the Dog
Influencias: The Who, Neil Young, The Ramones, Fugazi, The Frogs
Aficiones: surf, baloncesto (fan de los Chicago Bulls), baseball (fan de los Chicago Cubs)
Apareció en la película Singles y es el compositor de toda la banda sonora de Into The Wild.
Crítica de la banda sonora de la película ‘Into the wild’
Sean Penn presentó el 2007 una de sus películas más personales, ‘Into the wild’ (aquí presentada como Hacia rutas salvajes). El, en este caso, director de la película explicaba la historia de Christopher McCandless que abandona su vida en la civilización, se cambia de nombre por el de Alexander Supertramp, deja sus posesiones y dona sus 24.000 dólares de ahorros a la caridad para poner rumbo a la salvaje Alaska, donde espera encontrarse con la verdadera naturaleza y con la verdad de su existencia. Es un película preciosa, con una fotografía que quita el aliento y con una historia que desgarra el alma, aunque todo cabe decir, con alguna que otra trampa para sensibilizar aún más el espectador. Pero esta película tiene un complemento que le da una categoría única: su música. Interpretada íntegramente por Eddie Vedder, el vocalista de Pearl Jam, la banda sonora acompaña bellamente las imágenes en los momentos de más reflexión interior del personaje. Eddie Vedder ilumina toda la belleza del paisaje al mismo tiempo que verbaliza toda la angustia vital del protagonista. El resultado se transformó en reconocimiento tanto por los fans como por los críticos y consiguió además el globo de oro para el tema Guaranteed.
La banda sonora suena a música americana por todos los costados. Es puro folk country, donde la voz de Vedder se convierte en el mejor cronista de esta pequeña historia del sueño vacío americano. No se que otra voz hubiese podido cantar mejor temas como Society, Rise o No Ceilling, acompañado de su ukelele, la mejor compañía para este viaje. Por otro lado queda Hard Sun, una versión de Gordon Peterson, alias Indio, que es un grito magistral a la madre tierra y a la belleza que le rodea. Y es que no podía ser otro que Eddie Vedder quien cantara esta banda sonora. Y esos aullidos en The Wolf, empieza el día o viene el ocaso? El caso es que Vedder logra pintar estos paisajes que suenan a materiales ocres, a agua, a nieve y calor. Magnífica fusión entre imagen, historia y música. 
MARTÍ FIGUERAS 

23 abr 2011

PONGAMOS QUE HABLO DE JOAQUIN SABINA



 A punto de cumplir los sesenta, este andaluz compositor de letras, este poeta, se presenta nuevamente ante el gran público con su último trabajo Vinagre y rosas (2009) del que ya se han vendido más de 200.000 copias, tras un exilio de cuatro años sin dar señales de vida. Una vida marcada por la música, las noches sin lujuria y una libreta a rayas.
Ha publicado catorce discos de estudio, cuatro directos y tres recopilatorios, además de colaborar con otros artistas (el último el grupo madrileño Pereza). En su aspecto literario, Joaquín Sabina ha publicado nueve libros, donde ha recopilado las letras de sus canciones y sus poemas publicados semanalmente en la revista Interviú.
Todo ello se pudo ver truncado cuando en 2001 sufrió un leve infarto cerebral que, aunque no dejó secuelas físicas, sumergió al artista en una profunda crisis emocional que lo mantuvo alejado de la escena pública y musical. Tras su recuperación, volvió con Alivio de luto (2005).




Esta no es la biografía póstuma de Joaquín Sabina
El día de su graduación ocurrió un hecho que él mismo ha recordado en infinidad de ocasiones, y no fue otro que ese día, por tradición familiar, el padre (de oficial policía) le regaló a Joaquín un reloj de pulsera. Éste lo rechazó y pidió a cambio una guitarra.
Joaquín Ramón Martínez Sabina nació en Úbeda (Jaén) el 12 de febrero de 1949 en el seno de una familia acomodada donde las notas del colegio eran más importantes (recuerden el contexto) que un trozo de pan. A los catorce años de edad formó su primera banda con compañeros del colegio, llamada The Merry Young, donde adaptaban al castellano canciones de Chuck Berry o Elvis Presley, además de versionar al Dúo Dinámico, del que Sabina era gran fan. Pero sus inquietudes poéticas llegaron de la mano de su padre, quien leía a Jorge Manrique o Fray Luís de León, además de intentar el difícil propósito de escribir sonetos.
Con 17 años marcha a Granada a estudiar Filología Románica (carrera que nunca terminó), donde persigue la poesía brutal y arrebatadora de César Vallejo y el lirismo de Neruda. Pero allí, no todo es vanidad, e inmerso en la España de la época, decide con unos colegas urdir una acción en protesta por el Proceso de Burgos. El cóctel molotov en una sede del Banco de Bilbao, le obliga a exiliarse a Londres, donde pasará los próximos siete años de su vida entre mujeres, pasaportes falsos (un conocido de la noche, llamado Mariano Zugasti, le entregó su pasaporte para que se largara) y un billete de cinco libras que el mismísimo George Harrison le regaló cuando Sabina cantaba por los bares del mítico barrio londinense de Portobello Road.
En 1976 publica, de su propio bolsillo, el poemario Memoria del exilio, y un año más tarde regresa a España. Franco ha muerto, pero el servicio militar sigue siendo obligatorio, y su destino será Mallorca donde compagina sus deberes con la patria con el de redactor en el periódico Última hora. Para conseguir el derecho de pernocta, se casa con un amor argentino que conoció en Londres, Inés. 


 
Terminado el servicio y, tras rechazar una oferta del periódico, se marcha a Madrid con su primer contrato discográfico, grabando en la capital su primer trabajo Inventario (1978), donde el autor andaluz insistía, como era en rigor para la época, en la canción protesta contra el orden establecido, como se puede observar en la canción “Mi vecino de arriba”. Aunque años más tarde, Sabina explicaba que cada vez que paraba en una gasolinera, compraba todos los casetes para que nadie pudiera comprarlo ni oírlo. 
 
El panorama musical en España estaba cambiando, al igual que su moral, y de la canción triste y llorona (desde el respeto y con todo el amor a Silvio Rodríguez) de los cantautores, se pasó al Rock&Roll de los Burning o Tequila, y la tan celebérrima movida madrileña de los años ochenta, donde los dos únicos requisitos (válgame Dios) eran: ser un caradura y tener talento. Aquí es donde aparece La Mandrágora, bar madrileño (desaparecido) donde junto a Javier Krahe (amigo y gran tutor) y el histriónico Alberto Pérez, contribuyeron de una forma satírica e irónica a ese movimiento cultural en España de principios de los ochenta.
Entretanto, Sabina firma su segundo disco, Malas compañías, que puede considerarse su presentación artística y personal, donde Joaquín postula su carrera contra la tristeza a lomos de una yegua sombría. De este disco son “Calle melancolía” y “Pongamos que hablo de Madrid”, esta última, himno que posiblemente extrajo de la canción de su maestro Bob Dylan “Talkin´New York.
Tras su ruptura con La Mandrágora, decide montar su banda y emprender su camino en solitario, y sin separarse de su faceta poética (nunca lo hizo), decide electrificarse. De ahí nació su tercer LP (sin contar el que hizo con La Mandrágora), Ruleta rusa, que presenta en el Teatro Salamanca de Madrid, disco que inicialmente se llamaría Punto y seguido.
El mismo Sabina participó en la producción, donde hubo colaboraciones, entre otros, del compositor Luís Cobos. De este álbum es “Juana la loca”, una de las primeras canciones de cosecha nacional que versa las andanzas de un hombre hacia el camino del travestismo.
Ramillete de virtudes, su banda, pasó a ser Viceversa, y en 1984, en las fiestas de San Isidro (Madrid) ante 100.000 personas, comenzó su actuación con esta arenga: “San Isidro era un vago”. La respuesta rugió como un solo grito de guerra.
Ese mismo año formaría parte de una Mesa por el referéndum de la OTAN, junto a otros artistas como Alberti, Carlos Saura, Almodóvar o Ángela Molina.
En 1985 ve la luz Juez y parte, bajo el sello Arola, quien pujó por Joaquín de una forma decidida hasta conseguir arrebatárselo a CBS, compañía con la que trabajaba hasta entonces Sabina. Un disco algo criticado por sus alusiones a las drogas y a la delincuencia, como en el caso de “Princesa” y “Balada de tolito”, aunque no se puede olvidar su maestría literaria en “Joven aprendiz de teatro”.
Absorbido por su faceta creadora (incluida sus corredurías nocturnas), la separación con Lucía era inevitable, y así fue. Pero lejos de encerrarse en una habitación a oscuras, se implicó en actividades políticas tales como la firma de una carta abierta al señor Reagan, por entonces presidente de USA y de paso por España, y que era principal acreedor de la inclusión de España en la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte).


Un Sabina respetado, dio el gran salto y grabó un doble álbum en 1986 con su banda, llamado Joaquín Sabina y viceversa. Sold out. El concierto fue un éxito, excepto por el incidente que ocurrió con uno de los invitados, Javier Krahe, que lo elevó a la categoría de inolvidable, cuando apareció en escena con su pluma de indio en la cabeza y comenzó a cantar “Cuervo Ingenuo”, canción anti-OTAN, que TVE censuró y no emitió en la retransmisión posterior del concierto. Los hombres blancos con lenguas de serpiente dicen que Sabina pudo hacer algo más por “Cuervo Ingenuo”.
Entre conciertos y eventos literarios, publicó un libro de poesía llamado De lo contado y sus márgenes, ocurrió un hecho desgraciado que fue la muerte de su padre. El concierto en Gijón que daba el día del fallecimiento de su padre, no fue anulado.
En 1987 llega el sexto álbum del artista, titulado Hotel, dulce hotel, un disco más intimista y serio para recuperarse del éxito comercial del anterior, que lo llevó a tomarse un año sabático que dedica a colaborar con otros artistas, como es en el caso de La orquesta Mondragón (escribió Corazón de neón).
A finales de ese año, Sabina se convierte en empresario, gestionando la sala de conciertos Elígeme, referente de las actuaciones independientes madrileñas hasta mitad de los noventa, contando incluso con un pequeño disco sello discográfico, refugio de artistas como Javier Krahe, Manolo Tena o Javier Ruibal. 
 
Tras su regreso del exilio interior, grabó El hombre del traje gris, disco que toma su nombre de la película interpretada por Gregory Peck. Con este álbum, Sabina conquista Argentina, México y Venezuela, donde realiza una multitudinaria gira. Unos meses más tarde, en abril de 1989, muere su madre, y de esa forma se consuma una orfandad a la que siempre gustó llamar la atención del artista.
Mentiras piadosas (1990) fue acompañado del nacimiento de su primera hija, Carmela, fruto de su relación con Isabel Oliart. En ese mismo año, la discográfica CBS lanza al mercado, sin el consentimiento de Sabina, una segunda recopilación llamada Mucho Sabina. Dos años más tarde nace su segunda hija, Rocío, y se edita otro disco, Física y Química, título que surgió de una frase de Severo Ochoa, y que a Sabina sedujo desde un principio: “El hombre es todo Física y Química”. Este disco superó el millón de copias. De camino entre estos discos, Sabina se postulaba en contra de la excéntrica Ley Corcuera, y en las elecciones generales de ese mismo año (1992) deja claro su apoyo a Izquierda Unida.
En mayo de 1994 salió al mercado Esta boca es mía, un disco que deja entrever la faceta como literato de Sabina. Ese mismo verano actuó en la plaza de toros de Las Ventas, amenizando el comienzo del concierto un tal Pedro Guerra. También hubo ese año tiempo para actos solidarios, participando en el concierto que en navidades ofreció Ayuda en Acción en Madrid para recaudar fondos a favor de los países del tercer mundo.



En su primera semana en el mercado, Yo, mi, me, contigo (1996) consiguió vender 80.000 copias. Las giras se sucedieron de forma multitudinaria, y para ésta, se acompañó del grupo argentino Los Rodríguez, que ya no le acompañó un año más tarde cuando tuvo que lidiar con su nuevo disco Enemigos íntimos, composición que hizo junto al artista argentino Fito Páez, y que con el que no acabo del todo bien a causa de la poca inactividad que Sabina tuvo en la participación del videoclip con el que se presentaron al gran público, llegando a cortar de raíz tanto su relación profesional, así como toda la gira prevista para ese año. Ahí va un extracto de la carta que el ingenioso andaluz mandó al músico argentino: “…Urge cortar por lo sano / con la gira del verano / y el quilombo del vidéo. / El rol de patito feo, no me va, te lo aseguro, / y menos el de hombre duro / que a ti te cuesta tan poco. / Antes de volvernos locos / corrijamos el futuro.”
Tras su fracaso con Fito Páez, el artista andaluz se repuso (y de qué manera) con la consecución de 19 días y 500 noches (1999), disco que grabó en San Pedro de Alcántara (Málaga) y que en un principio se llamaría a mis cuarenta y diez. Tras su publicación, obtuvo una placa conmemorativa por los cuatro millones de discos vendidos desde que lo fichara BMG-Ariola, además de recibir varios premios en la cuarta edición de los Premios de la Música.
En el plano personal, conoció a la fotógrafa peruana Jimena Coronado (su pareja actual), pero era Isabel Oliart, la madre de sus dos hijas, quien a través de la sociedad Relatores, S.L., gestionaba como administradora única todos los asuntos financieros del cantante.
Para ambas, la madrugada del 24 de agosto de 2001 fue una noche inolvidable ya que Sabina sufrió un leve infarto cerebral, que aunque no pasó del susto inicial, sumió al artista en una profunda crisis. Acababa de terminar su gira Nos sobran los motivos. Recuperado, publica el libro con todas sus canciones “Con Buena Letra”, y el disco Dímelo en la calle, donde incluye “Como un Dolor de Muelas” tema escrito parcialmente junto al Subcomandante Marcos, líder del EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional), movimiento alzado en 1994 en Chiapas (México).
Su actividad musical disminuye después de la publicación de un disco doble llamado Diario de un peatón, aunque su faceta poética aumenta y se intensifica, componiendo en 2003 el himno del centenario de su club de fútbol preferido, el Atlético de Madrid.
La gala de los Goya de 2005 también contaría, además del premio como mejor película para la inolvidable Mar Adentro, con Sabina y su canción para la banda sonora de Isi/Disi. Al año siguiente aparece un libro de entrevistas titulado “Sabina en Carne Viva, Yo También Sé Jugarme la Boca”, escrito por Javier Menéndez, quien ya escribió otro libro de entrevistas a Joaquín llamado “Perdonen la Tristeza”.
En octubre de dicho año recibe de manos del rey Juan Carlos I la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. Un mes después, en noviembre, se publica una antología llamada Punto... y seguido, que, en formato de doble caja (18 CD y 2 DVD), incluye todos sus discos más colaboraciones, directos y rarezas.
En 2007 realiza una gira junto a su gran amigo Serrat, llamada “Dos Pájaros de un Tiro”, y un año más tarde, el director neerlandés Ramón Gieling dirige una película sobre Sabina titulada “19 Días y 500 Noches”.
En marzo de 2009, se le entrega por parte de Alberto Ruíz Gallardón, la Medalla de Oro de la Ciudad de Madrid.

Esta no es la biografía póstuma de Joaquín Sabina.

JAVIER CARBALLO

19 abr 2011

NACHO VEGAS: EL TIEMPO Sí SE PUEDE DETENER




La música de Nacho Vegas es capaz de elevar los sentidos por encima de cualquier frontera y nos ha demostrado en infinitas ocasiones que alimenta no sólo nuestra alma, si no también nuestro espíritu. Con apenas 18 años, Ignacio González Vegas (09/12/74) ya formaba parte del panorama musical con el grupo Eliminator Jr. como guitarrista. Etiquetados dentro del “Xixón sound”, versionaban temas de los Ramones y Sonic Youth con un peculiar estilo noise-pop y letras en inglés. Nacho también perteneció al célebre grupo Manta Ray entre 1994 y 1999, con quien realizó trabajos como Escuezme!, Manta Ray, Diminuto cielo, La última seducción, Pequeñas puertas que se abren y pequeñas puertas que se cierran y Score, directo grabado en el Teatro Jovellanos de Gijón.

De manera simultánea, Nacho colaboró con el escritor y realizador Ramón Lluís Bande en varias rarezas ya descatalogadas: Diariu y Diariu dos, (ambos proyectos subvencionados por la Consejería de Cultura del Principado de Astúrias), en los que ponía voz y música a unos textos en lengua asturiana y Verdá o Consecuencia, la banda sonora de un capítulo de una serie para la televisión asturiana.



Nacho abandonó Manta Ray porque tenía demasiadas cosas que transmitir y pocos recursos para hacerlo, si continuaba en la ya desaparecida formación. Comenzó así su vertiginosa carrera en solitario, siendo reconocido como una de las voces más valiosas y controvertidas de la escena. Tachado por algunos de artista maldito, este cantautor gijonés, de aspecto mesiánico, ha despertado entre el público tantas pasiones como odios. Influido musicalmente por grandes solistas norteamericanos como Gram Parsons, Townes Van Zandt, Nike Drake, Will Oldham y el gran Bob Dylan, o bandas de indie rock como The Smiths (del que asegura saber todas las letras), ha creado una imagen de sí mismo muy definida y precisa. Un Nacho solitario y gris, atormentado por sus demonios internos, abocado a un destino fatal, contra el que no puede luchar. Un Nacho introspectivo, que leía sus propios poemas en la universidad, entre clase y clase, ante la mirada expectante de sus compañeros y compañeras.



Nacho Vegas cuenta que su primer recuerdo musical es de cuando era pequeño y por aquella época se editaban una serie de cassettes en fascículos llamados “Horacio Pinchadiscos”, que contenían versiones de canciones de Jazz Big Band, como Benny Goodman, pero con voces de Los Pitufos.

Cantante intimista donde los haya, su primer álbum Actos inexplicables vio la luz en 2001. Un disco sincero en el que el artista se desnudaba al completo para hablarnos de sus sentimientos más profundos. Un trabajo repleto de temores, decepciones y frustraciones. De esperanzas anheladas y tristezas susurradas al oído por un Nacho que se nos muestra sensible, dramático y sobre todas las cosas, un ser íntegro y con mucha vida interior. En Actos inexplicables encontramos una de sus canciones más impactantes, “El ángel Simón”, que recrea la muerte de su padre (acontecimiento desafortunado ocurrido cuando Nacho tenía 19 años). En este primer álbum, nos deja claro que la música está por encima del pensamiento y que el arte es un estado del alma.

El EP compartido con la madrileña Aroah Seis canciones desde el norte (2001), en el que cada uno aporta tres composiciones propias, es la continuación de un éxito imparable. A pesar de que cada uno firma las canciones por separado, este proyecto les llevó de gira conjunta por treinta ciudades entre España y Francia. Los temas de Nacho son: “Las manos dentro del agua”, “Noches de verano en la casa gris” y “Baby cat face”.
Después llegó el ep Miedo al zumbido de los mosquitos (2002) con temas como “En la sed mortal”, “Hay hombres algunos años más tristes que yo”, “Brujita” y “Añada de Ana la friolera”, inspirada en una melodía tradicional asturiana. Este juglar de nuestro siglo ha sabido conjugar mejor que nadie canciones dolorosas, lírica exquisita y una mirada hacia el folklore de su tierra, de alguna manera siempre presente en sus letras. Como el mismo dice “un cantautor es aquel que quiere interpretar sus propias canciones”. Y es de esta manera como nos muestra las miserias de la condición humana.



Cajas de música difíciles de parar (doble CD) fue elegido mejor álbum nacional 2003 por La Luna (El Mundo), Muzikalia, Moonpalace y por los lectores de la revista Rockdeluxe. Un disco increíble y sobrecogedor con canciones que exponen todo tipo de conflictos como “N.V. por la paz mundial”, “Historia de un perdedor” o “Mark Spitz”.


Las influencias literarias de Nacho se hacen visibles en sus escritos. No sólo nos deleita con su música sino también con palabras anexas a la poesía en otros formatos. “Política de hechos consumados” es su primer libro de monólogos, relatos y poemas (Palmart, 2004) reeditado y ampliado por Limbo Starr en 2006. Antes ya había colaborado con el relato “El abrigo de Isabel” en “Canciones contadas” (Km1, 2001), un libro de relatos musicales escrito por diez autores ligados a la música independiente. Raymond Carver, Leonard Cohen y Dennis Cooper son algunos de sus escritores favoritos (de este último ha escrito el prólogo de su novela “Guía”, Acuarela 2006).

Canciones desde palacio (EP, 2003) contiene cinco temas entre los que destacan la famosa “Canción de Isabel”, escrita a raíz del relato editado en el libro “Canciones contadas” y “En la ardiente oscuridad”, acompañada por una melodía bailable y pegadiza.

Fue Michi Panero quien dijo aquello de “En esta vida se puede ser de todo, menos un coñazo”. Nacho pasaba un fin de semana en Astorga cuando conoció a un amigo íntimo del artista, que le confesó entre copas que Michi solía tratar muy mal a la gente. Estas palabras hicieron que Nacho se mostrara reacio a conocerlo, pese a desearlo enormemente, y meses después José Moisés Santiago Panero moría de un cáncer. Nacho compuso en su honor la canción “El hombre que casi conoció a Michi Panero”.

Ese mismo año sale a la venta su tercer álbum, Desaparezca aquí (2005), en un tono mas rockero pero igualmente oscuro, que afianza aun más la carrera de este artífice de las palabras.

El hecho de estudiar filología española ha supuesto que Nacho juegue con la belleza de las palabras mejor que nadie. El mismo año que salía su tercer disco podíamos disfrutar de una de esas rarezas que quedan para siempre en la memoria. Esto no es una salida se editaba en vinilo de 12” que incluía un relato inédito del artista e iba acompañado de su correspondiente edición digital. Seis canciones y 40 minutos con el potente sonido de su grupo Las Esferas Invisibles y producidos, como siempre, por el increíble Paco Loco.
Admirador del escritor y cineasta Ray Loriga y de escritores tan destacados como Bret Easton Ellis (los títulos de Desaparezca aquí y Esto no es una salida están sacados de sus libros), Nacho Vegas no ha dejado de colaborar con distintos artistas como Corcobado, Mus, Migala, Nosoträsh… Sin duda las colaboraciones que más han marcado la carrera de nuestro querido Nacho han sido las realizadas junto a Enrique Bunbury en El tiempo de las cerezas (2006) y Verano Fatal con Christina Rosenvinge (2007), con quien, dicen, mantiene un romántico idilio.



Hace sólo dos años que Nacho contribuyó de manera importante a que el proyecto Lucas 15, de Xel Pereda se hiciera realidad. La idea era transformar el cancionero tradicional asturiano en un disco de rock. El resultado, doce temas adaptados, que incluyen romances tradicionales, añadas, cantares de ciego y villancicos. Todo ello ejecutado por una banda de músicos asturianos de categoría y por las voces de Nacho y Xel.

Y llegamos a su último trabajo, El manifiesto desastre. Desde su discográfica, Limbo Starr, avisan a todos los que quieran escucharlo: “No es posible escucharlo mientras se hace cualquier otra cosa (ya sea completar sudokus, planchar los calcetines o escribir e-mails). Sólo por esto ya es distinto del 95% de los álbumes que se editaron en 2008”.


Sólo os diré que con Nacho Vegas detener el tiempo sí es posible y que ha convertido su música en un lenguaje universal para dar alas a nuestra mente, alma al universo, consuelo a la tristeza y vida y alegría a todas las cosas. Yo, desde este rinconcito del mundo, quiero agradecerle su enorme aportación al rock y a la poesía.

AINTZANE CASTILLO


12 abr 2011

LOS RAMONES: EL LEGADO DE UNA LEYENDA




Los Ramones han sido una de las bandas más influyentes de la historia de la música. Algunos se atreven a ir más lejos y aseguran que salvaron al Rock and Roll. Dicen que todo lo que se escucha actualmente está influido de alguna manera por ellos. Grupos como Rancid, White Zombie, Red Ho t Chili Peppers o Blondie han reconocido que sin ellos no hubieran llegado a ser lo que son hoy en día.
Esta banda de punk salió de la barriada neoyorquina de Forest Hills, en el distrito de Queens, en 1974. Fue Tom Erdélyi, conocido como Tommy Ramone, quien convenció a John Cummings (Johnny Ramone) y a Douglas Colvin (Dee Dee Ramone) de formar un grupo.

Tommy y Johnny habían compartido días de colegio e inquietudes musicales en el grupo Tangerine Puppets. Desde muy joven, Tommy comenzó a trabajar en estudios de grabación, entre ellos el Dick Charles y el Record Plant, donde tuvo la oportunidad de ser asistente del ingeniero de sonido en grabaciones de Jimi Hendrix y otros grandes artistas. Desde que eran unos adolescentes, Johnny, Dee Dee y Tommy eran seguidores de los Stooges y les gustaba aspirar pegamento y fumar marihuana. Recorrían cientos de kilómetros en coche para ver a los New York Dolls. Johnny estudió para militar y no cogió una guitarra eléctrica hasta los 22 años. Fue el comienzo de Los Ramones.

Jeffrey Hyman, conocido como Joey Ramone, provenía de una familia desestructurada.
Padecía un trastorno obsesivo compulsivo, que le hacía repetir ciertos rituales. Con dieciocho años se internó en un hospital. Se había convertido en un ser tímido e inseguro.
Este trastorno le acompañó toda su vida y le ayudó a desarrollar una creatividad y sensibilidad extraordinarias. Su madre siempre fue su gran apoyo y fuente de inspiración. Y la música, su salvación. Johnny y él nunca fueron amigos. No tenían nada en común, excepto su peculiar gusto por los pantalones de satén, los abrigos de Chinchilla y su enorme pasión por grupos como Television, New York Dolls, MC5 o Alice Cooper.
Johnny era un tipo de derechas y ultraconservador. A los 10 años, según él, se hizo republicano y consideraba a Ronald Reagan como el mejor presidente estadounidense de la historia. Cuando recogió en el 2002 el trofeo del Rock and Roll Hall of Fame tuvo incluso la desfachatez de decir: “Que Dios bendiga a América y a George W. Bush”. Joey, en cambio, era un judío liberal de izquierdas, un activista concienciado. Fue Tommy quien se obstinó en que formase parte del grupo pero no era el tipo de cantante que Johnny deseaba en Los Ramones.

En los principios más remotos del grupo, Joey era el batería, Johnny tocaba la guitarra y Dee Dee se ocupaba del bajo y de cantar. Tommy era el consejero de Los Ramones por su larga experiencia en el mundo discográfico. Insistió en que Joey cantara porque tenía mejor voz que Dee Dee y porque cuando éste tocaba, se olvidaba de las letras. Tras varias audiciones sin éxito a diferentes baterías decidieron que Tommy sustituyera a Joey. Nunca antes había tocado una batería, sin embargo, a partir de entonces, el sonido de Los Ramones empezó a configurarse.

El nombre de la banda fue idea de Dee Dee. Era gran fan de los Beatles, especialmente de Paul Mc Cartney, quien solía registrarse en los hoteles como Paul Ramone. Dee Dee empezó a utilizarlo y los demás le siguieron. La vestimenta oficial era al estilo rockero de los años 50, con cazadoras de cuero y tejanos gastados de color azul, que idearon incluso antes de saber si funcionarían musicalmente.


La madre de Joey tenía una galería de arte donde solían ensayar aunque tardaron poco en tocar en el CBGB. Allí se hizo famoso el “one, two, three, four” de Dee Dee. Han pasado más de 30 años desde aquel primer concierto y la gente sigue alucinando con el estilo genuino de Ramones. Canciones rápidas y enérgicas, de apenas dos minutos de duración. Temas de tres acordes, sencillos y pegadizos, que van más allá de lo aparente. La música que crearon es una síntesis de influencias porque fueron grandes conocedores del rock en todas sus vertientes. Les gustaba protagonizar absurdas peleas en pleno directo. Esta espontaneidad empezó como algo emocionante e impredecible hasta convertirse en parte rutinaria del show. Los primeros conciertos en el CBGB eran de apenas 100 personas, contando a los propios Ramones y a los Blondie, eternos seguidores de la banda. En un año, el local se llenó de cientos de fanáticos que sólo querían escuchar al cuarteto Ramone.

Una amalgama de sonidos bubblegum, surf y rock recreados por una furia incontenible consiguieron que Danny Fields, (anteriormente había trabajado con los Doors, Patti Smith y los Stooges) se convirtiera en su primer representante. Poco después llegaría su primer contrato con Seymour Stein, presidente de Sire Records, con quien grabaron su primer disco titulado Ramones (1976). Un LP clave que contenía todo el sonido característico del grupo. Este fue el inicio de una trayectoria repleta de éxitos como “Judy is a punk” o “Blitzkrieg bop”. En Inglaterra y Suramérica provocaron una gran agitación, estimulando el nacimiento del punk rock en el Reino Unido con el surgimiento de grupos como Sex Pistols, The Clash o The Damned. En USA fueron grandes incomprendidos, debiendo conformarse con tocar en pubs y pequeños locales. No salían en la radio porque los medios de comunicación estaban en su contra. Los consideraban problemáticos y marginales.

En diciembre de 1976 volverían a la carga con el indispensable The Ramones leave home. Este disco sentaría las bases del punk rock de los chicos de Forest Hills con canciones como “Gimme Gimme Shock Treatment” o “Pinhead”. Rocket to Russia (1977), uno de los mejores álbumes del grupo, incorpora sonidos surf. Incluye una de las canciones de cabecera de Los Ramones, “Sheena is a punk rocker”. En 1978, el álbum llegó al número 49 de la lista de álbumes pop de las “Billboard Music Charts”.

Después de tres años, Tommy abandonó la batería por el stress de las giras y la mala convivencia. Desde entonces se dedicó a tareas de producción, llegando a trabajar no sólo para Los Ramones, sino para gente como The Replacements o The Rattlers. Poco después editaron en Gran Bretaña el directo It’s alive (1979). Fue reemplazado por Mark Bell, conocido como Marky Ramone, ex componente de Voidoids, el grupo de Richard Hell. Con él grabaron el disco Road to ruin (1978), con un sonido pop más clásico para captar mayor audiencia. Este LP de apenas unos 30 minutos fue grabado en Media Sound Studios. En él destacan la competente vocalidad de Joey y el tema “I wanna be sedated”, una de las canciones más populares de la banda.

Grabar la banda sonora de la película “Rock and Roll High School” hizo un sueño realidad: trabajar con el productor más mítico y decisivo de la historia del Rock, Phil Spector, quien además de ayudar a Joey con su voz e inseguridad, les produciría End of the century (1980). El disco más polémico de los de la Costa Oeste está influenciado por las melodías de las Ronnettes o las Crystals, bandas femeninas que llevaron a Spector a las más altas cotas de popularidad. Los mismos Ramones cuentan que Phil les hacia tocar una nota de la película High School 60 o 70 veces seguidas durante más de doce horas. En una de esas tomas, Johnny intentó irse y Phil le amenazó a punta de pistola. También es un hecho que Spector pretendía alejar a Joey del grupo y convertirlo en artista en solitario.
End of the century supuso alejarse de sonidos punk rock y hard core para acercarse más al pop. Incluso la portada del disco supuso una polémica al aparecer los cuatro Ramones con camisetas de diferente color, sin las tradicionales cazadoras de cuero y los tejanos rotos. No fue el disco que Johnny y Dee Dee querían aunque Joey estaba encantado porque era un fan acérrimo de Phil Spector desde los 9 años.

Su siguiente trabajo fue Pleasant dreams (1982), uno de los menos recordados oficialmente pero el preferido de muchos fans. Presenta a los Ramones más variados estilísticamente, con himnos inolvidables como “The KKK took my baby away”. Una canción que Joey escribió cuando Johnny le robó a su novia Linda. Desde aquel momento, ambos Ramones permanecieron 18 años sin hablarse. Johnny y Linda se casaron y estuvieron juntos hasta la muerte de éste.

En 1983 aparece uno de los discos más flojos de la banda, Subterranean jungle. En España sólo puede conseguirse en la serie de importación de WEA. Contiene tres covers de oscuros temas de los 60, “Little bit of soul”, de los Music Explosion, “I need your love”, de los Boyfriends y una estupenda versión del tema de los Chamber Brothers, “Time has come today”. Durante esta época grabaron un tema que no fue utilizado en ninguno de sus discos y que fue cedido a la banda sonora de una nueva película de Allan Arkush, “Get Crazy”. El
tema en cuestión se llama “Chop suey” y cuenta con la participación de las dos chicas de B’52s, Kate Pierson y Cindy Wilson.



Debido a sus problemas con el alcohol, Marky Ramone dejó la banda en 1983. Fue sustituido por Richard Reinhart, (Richie Ramone), con el que grabaron el disco Too tought to die (1984), que contiene la canción más conocida del grupo, “Howling at the moon (Sha la la la)”. Antes de su incursión en Los Ramones, Richie tocaba en Velveteen y compuso unos cuantos temas ramonianos como el célebre “Somebody put something y my drink”.
Animal boy (1986) supuso una transición hacia la madurez del sonido ramoniano. Incluye canciones tales como “My brain is hanging upside down (Bonzo goes to Bitburg)”, escrita como protesta a la visita del presidente Ronald Reagan al cementerio de Bitburg en Alemania Occidental. Halfway to sanity (1987) fue el último disco que Richie grabó con ellos. Según él, fue debido a “un problema con el dinero de las camisetas de la banda.
Llevaba varios años en la banda y no veía ni un dólar de sus ventas, para eso no era considerado un Ramone, pero para el resto de las cosas sí”. Actualmente vive en Los Ángeles, donde trabaja en una compañía audiovisual y vive alejado del mundo ramoniano, por los problemas que tuvo con los miembros de la banda, especialmente con Johnny. En su lugar, volvió Marky Ramone. 
 
Brain drain (1989), recorre la historia de Los Ramones, con un sonido actual y una cuidada ejecución. Letras brillantes con una versión del tema “I don’t wanna grow up” de Tom Waits y otra de Johnny Thunders llamada “I love you”. Este fue el último disco que Dee Dee grabó en compañía de sus colegas para comenzar una carrera como rapero, que fracasó. Fue reemplazado por Christopher John Ward, C.J Ramone. Aunque era 20 años más joven, con él hicieron grandes discos en directo y otros en estudio como Loco live (1991), grabado en la Sala Zeleste de Barcelona, Mondo bizarro (1992), y Acid eaters (1993), un homenaje a grandes artistas de los años 60 como Elvis Presley, Bob Dylan, The Who o Rolling Stones. El último trabajo de estos trovadores atemporales fue Adiós amigos (1995). Con estética mexicana y con los componentes del grupo a punto de ser fusilados en la contraportada, los cuatro de Queens se despidieron de sus incondicionales.

Marky Ramone es uno de los baterías “supervivientes” de la banda junto a Tommy y Richie. El primero en morir fue Joey debido a un linfoma. Dee Dee, principal compositor de la banda, murió de una sobredosis de heroína. No superaron los 50. Johnny tampoco pudo vencer su batalla contra el cáncer de próstata. A los 55 años y agonizante en su lecho de muerte, aún saco fuerzas para saludar a los miles de fans que se habían reunido en el con-cierto de Red Hot Chili Peppers en Los Ángeles para celebrar el 30 aniversario del nacimiento de los Ramones. En 2006 se celebró el 30 aniversario de la grabación del primer álbum y Marky realizó una gira mundial que le trajo a 11 ciudades españolas, acompañado por diferentes músicos como el alicantino Tony DV. Ha sido él quien nos ha revelado algunos de los caprichos del batería Ramone. “No recibe visitas antes de los conciertos, le gusta disponer de 15 toallas nuevas de color blanco, lavadas tres veces y secadas con secadora, una caja de Jack Daniel’s, una suite en el mejor hotel de la ciudad y por supuesto, amiguitas”.


Los Ramones fueron sinónimo de rock pero también de mucho dinero. Bolsos, chapas, parches, camisetas... cualquier cosa con el logo del águila con bate de béisbol que diseñó Arturo Vega. No importa si es para Inditex o H&M. Incluso Converse sacó un modelo de su zapatilla “All Star” con aspecto gastado. Tommy Hilfiger ha presentado una línea de ropa rockera al estilo ramoniano, aconsejado por el mismísimo Marky. Además siempre hay un disco o un libro listo para vender. Innumerables reediciones masterizadas de discos y llenos de extras como maquetas y directos. Ahora la productora de cine Variety quiere hacer un remake de la película “Rock and Roll High School”. Para los fanáticos de Los Ramones, uno de los mejores documentales que se ha hecho es “The end of the century” (Warner 2005). Este film sirve para comprender por qué los Ramones siguieron juntos durante más de dos décadas pese a los problemas internos. Curiosamente Joey, Johnny y Dee Dee murieron antes de ver finalizado el documental.El control de la marca Ramones siempre preocupó al grupo. Era una de sus principales fuentes de ingresos y llegaron a romper con managers por discusiones con la comisión de venta de camisetas.

Los Ramones nunca vendieron millones de discos pero el tiempo les ha dado la razón. La esquina de Bowery y la calle 2, ubicada en el East Village de Manhattan, cerca del CBGB, lleva el nombre de “Joey Ramone Place”. Además, en Berlín tienen un museo que cuenta con unos trescientos objetos relacionados con el grupo, entre los destacan los pantalones de Johnny, las clásicas deportivas de Marky y los guantes que se enfundaba Joey antes de salir a escena. Los Ramones han sido, son y siempre serán los pioneros y líderes del punk. Dejaron un legado de fanáticos que siempre les recordarán por su autenticidad y honestidad. Sin ellos no hay futuro.

AINTZANE CASTILLO