29 abr 2011

EDDIE VEDDER


Era un niño que quería a su madre pero que no sabía si querer a su padre. Cómo podía querer a una persona que enrojecía la cara de su madre, que hacía que de sus ojos saliera agua cristalina y que escocía, la misma que le salía a él cuando le dolía la tripa. Era su madre, tan dulce, feliz con su padre, el de semblante rudo? Con el tiempo, la angustia pasó. Bien, sólo se transformó. El infante pasó a niño, y de niño a chaval y de chaval a joven que exige respuestas. Él no era su padre, su padre era otro, un amigo común de la familia, fallecido ya. Que angustia vivir engañado, que angustia descubrir demasiado tarde! Y que suerte para el rock, para el grunge. El joven pasó a hombre, al hombre conocido como Eddie Vedder, la voz viva del grunge más respetada.



Edward Louis Severson III nació el 23 de diciembre de 1964 en Evaston, Illinois. Hijo de Karen Lee Vedder y Edward Louis Severson Jr.. Su padre era un músico de poca monta. Afortunadamente, de él heredó sólo la genética musical y no su carácter más pusilánime. Por lo que se ve, el matrimonio no debió mejorar con la irrupción del pequeño Edward. En 1965, Karen y Edward se separaron, pero al cabo de poco tiempo Edward volvió a tener un padre: Peter Mueller. De la infancia de Eddie se saben pocas cosas. Suponemos que fue una infancia un poco difícil, pues su padre no era precisamente muy atento con su madre. Todos estos hechos marcaron de una forma profunda en el carácter de Eddie: introvertido, solitario, meditabundo, con una tensión y una rabia que al paso de los años se iba acumulando en su interior. A sus cinco años la familia al completo se trasladó a San Diego, California. Allí pasó gran parte de su infancia y adolescencia, y allí fue donde descubrió y practicó dos de sus grandes pasiones: el surf y la música. A los doce años recibió de parte de su madre uno de sus mejores regalos de cumpleaños: una guitarra. Des de entonces, el chico empezó a relacionarse con aquel instrumento y a través de éste expresar todo aquello que le hería por dentro. Así mismo, hacía con las olas del mar y con su tabla de surf. Más tarde la familia volvió a Chicago. A los quince años decidió que para crecer sano y salvo debía abandonar el hogar familiar, donde su relación con su padre era ya demasiado tensa. El primer paso que hizo para desprenderse de aquel individuo que representaba el papel de padre fue cambiarse el apellido, de Mueller a Vedder, el de su madre.

Viviendo por su cuenta en San Diego, un día el joven Vedder recibió una visita de su madre. Por aquel entonces ella ya se había divorciado del tormentoso Peter Mueller, y ahora ya podía sacar a la luz el secreto mejor guardado: Mueller no era el padre biológico de Eddie, sino un tipo que Eddie había visto algunas veces y que era amigo de la familia. El recuerdo borroso, aquel al que se coge Vedder, era de un tipo que les había visitado en Chicago alguna vez y que venía siempre con muletas o silla de ruedas. Edward Louis Severson Jr. Padecía esclerosis múltiple y murió a causa de esta enfermedad. La noticia de saber que el tal Mueller no era realmente su padre le alegró mucho pero al saber que nunca podría conocer a su verdadero padre le hundió en una profunda tristeza. Tengo que vivir con la angustia de no haberlo sabido antes mientras estaba vivo”, comentaba Eddie años mas tarde, y con conocimiento de causa recomienda la verdad. “Yo era un gran secreto, y los secretos son malas noticias. Los secretos sobre adopciones, o sobre cualquier cosa deben salir a la luz. No los guardes. Se van haciendo mas y mas grandes, y oscuros, y profundos”.



Después de este episodio decidió volver a Chicago con su madre y sus hermanas. Pero el regreso fue breve, pues a sus veinte años volvió al mar con su novia Beth Liebling. Allí se pasó unos cuanto años pasando de curro en curro, siendo el más estable el de dependiente de gasolinera. Mientras trabajaba a todas horas y en sus ratos libres, su cabeza no paraba de componer canciones y cuando podía iba grabando sus canciones. Además cada mañana se pasaba sus horas en la cresta de la ola con su tabla de surf. Ésta era su vida intensa donde el dormir era una quimera. En uno de sus múltiples curros, el de montar escenarios, conoció a un tal Jack Irons, el que fuera batería de los Red Hot Chilly Peppers. De allí se forjó una duradera amistad que luego fue clave para el futuro profesional de Eddie y la creación de Pearl Jam. Todo sucedió en uno de los muchos viernes en que quedaban para echar unas canastas y intercambiar conocimientos musicales. Jack venía con una cinta casete proveniente de Seattle y de una banda que buscaban su cantante solista. Eran cinco temas musicales, sin letra, tocados por Jeff Ament i Stone Gossard. Aquella noche de 1990 Eddie Vedder escuchó atónito, des de la gasolinera, los cinco temas que dieron nombre a las Stone Gossard Demos. Vedder flipó literalmente con el riff de guitarra de la pieza titulada Dollar Short. Meses después aquella canción cambiaría aquel nombre por el de Alive, uno de los himnos más reconocidos de Pearl Jam, del grunge y hasta de la gran historia de la música. Pero todo esto llegó más tarde. 

 

Aquella cinta sumió en una especie de trance al joven Vedder y al instante se puso a escribir las mejores letras para aquellas composiciones musicales. Fue así como de las cinco composiciones sacó una trilogía que funcionó como una especie de ópera-rock. Esta cinta es conocida como la trilogía Mamasan y está formada por las canciones Alive, Once y Footsteps. Las tres están enlazadas por una historia dramática que empieza con la historia de un chico al que se le muere el padre y tiene que adoptar su papel de figura responsable con su madre. Pero la tensión y la ausencia de la figura paterna le provocan tal angustia vital que está a punto de explotar. Así pues, en Once el chico explota y se transforma en un personaje violento, en un asesino múltiple. Finalmente en Footsteps, el último tema, es apresado, condenado a muerte y ajusticiado. 
 
Una vez Mamasan estuvo lista, la envió por correo a Seattle. Al recibirla Jeff y Stone quedaron entusiasmados sólo oír la voz de Vedder. “...Conocer a Eddie fue un regalo de Dios. Se ajustó perfectamente a lo que estábamos haciendo, tato musical como personalmente” comentaría Jeff Ament.

Así pues poco a poco se fueron conociendo, viendo como encajaban las piezas entre unos y otros, y las notas fueron agrupándose en el pentagrama formando el cancionero del primer disco de Pearl Jam, el Ten. Pero antes de ser Pearl Jam fueron Mookie Blaylock, el nombre de un jugador de básquet profesional de los New Jersey Nets con cuyo cromo jugaban los chicos de la banda. Cómo tenían que llamarse de alguna forma en su primer concierto usaron el nombre del deportista. Pero al cabo ya de unos cuantos conciertos Vedder llegó un día con una propuesta para cambiar de nombre a la banda. Era Pearl Jam. El nombre les gustó mucho por su sonoridad pero aún les gustó más la historia que venía detrás. Y es que el joven Vedder había tenido un abuelo que era indio americano y que tomaba peyote. Este peyote lo utilizaba su abuela Pearl para hacer mermelada (jam).

En la primavera de 1991 la banda participó en el rodaje de la película de Cameron Crowe, Solteros. En abril el primer disco estaba terminado y lo sacaron al mercado con el nombre de Ten, el número del dorsal de Moookie Blaymock. Pero había alguna cosa que aún fallaba. Cualquiera que haya escuchado el Ten habrá oído grandes temas y algunos de ellos llenos de una fuerza y una rabia donde se capta la esencia pura del grunge. Pues al interpretarlas en directo, Eddie era más bien tímido y retraído en mostrar su rabia interior, adoptando una actitud poco receptiva con el público. Pues bien durante la gira de conciertos cruzaron la frontera para tocar en Victoria, Canadá, en un local llamado Harpo’s y dónde taloneaban a los amigos Alice in Chains. Parecía que aquella noche el público mostraba poco interés en la banda y eso empezó a molestar a Vedder que al final cansado de tanta hostilidad se encaró con rabia al público y cogió la pesada y sólida base del micrófono y la lanzó por encima de todas las cabezas del público, estrellándose contra la pared del fondo creando un gran estruendo. Aquel acto cambió la actitud de Vedder a la hora de actuar en directo. Parecía como si finalmente hubiese explotado, había dejado ir toda su rabia interior, todo aquello que lo había torturado en silencio des de pequeño, todo aquello que plasmaba en sus letras. Ahora estaba desatado y a partir de entonces no paró. Era un torbellino y era un peligro hasta para su propia seguridad. Se subía a todo lo que veía, se tiraba encima de la gente (de hecho, dicen algunos que lo que hacía era surfear sobre cabezas humanas) y volvía al escenario totalmente magullado, con la camiseta hecha jirones y con una energía descomunal para continuar con el show. Cabe decir que año tras año y después de pasar a una fase más relajada tanto musical como personalmente, sus actuaciones en directo son más comedidas. Pero el carisma ya lo tenía. Lo ganó en un pulso contra si mismo y sus circunstancias.



La filosofía de Pearl Jam en sus directos era la de mantener la máxima comunicación con el público, buscaban la perfecta interactividad con él. Así Eddie Vedder hablaba mucho con el público, tocando temas escabrosos y dando su punto de vista sobre diversas cuestiones vitales. La interactividad era total cuando pedía al público que escogieran la canción siguiente para tocar. A Pearl Jam les gustaba tocar en directo y hacían sus shows tan largos como podían. De hecho, dice la leyenda que varias veces llegaron a tocar su enésimo bis ya con cuatro gatos de público y con el personal de limpieza levantando el campamento.

Vedder ha sido y es un tipo bastante íntegro en sus ideas, con una visión de la vida entre el misticismo y cierto radicalismo, tienen claro que para él lo más importante es su música (después, claro, de su familia) y por ese motivo repudia cualquier abuso de la música de la banda. Y así fue des de un principio. Ningún miembro de la banda quería que nadie se aprovechara de la fama para uso personal. Por eso, después de grabar el vídeo clip de Jeremy, Vedder se niega a hacer lo mismo con Black, e iniciaría un largo periodo sin grabar ningún vídeo musical. Este periodo se terminó con el vídeo animado Do the evolution del Yield, aunque no salía nadie de la banda.

Así pues a lo largo de los años, y sobretodo con los primeros discos, Eddie Vedder pasó a ser una figura pública, un ídolo de masas que debido a su magnetismo y actitud positiva pasaba a ser reconocido en cualquier lugar. Un ejemplo de todo este fenómeno ocurrió durante un partido de jockey donde Vedder iba como simple espectador y tuvo que ser rescatado antes de ser aplastado por sus fans. Pero Vedder bien sabía quien era y lo que quería. No era un mártir, un cantante contra todo el mundo, él podía denunciar lo que quisiera con sus canciones, él podía sacar toda su rabia a la hora de tocar, pero en su vida privada siempre buscaba el equilibrio perfecto. No como uno de sus personajes más admirados y compañero de generación: Kurt Cobain. El 8 de abril del 1994 hacía pocos días que Kurt había fallecido y aquella noche PJ tenían concierto. Nada más salir a escena, Vedder dijo, "...no creo que sea una buena idea elevarse uno a sí mismo. Creo que hay veces que puede ser algo muy peligroso... algunas veces, lo quieras o no hay gente que te eleva por sí misma... y es muy sencillo caer después. Así que... no quiero ser el mensajero, no quiero ser alguien que dé malas noticias. Pero no creo que ninguno de nosotros deba estar hoy en este local, si no es en memoria de Kurt Cobain... 1,2,3,4..." y empezó a sonar Release. Estas palabras definen muy bien cual es la verdadera naturaleza humana de Vedder y siendo fiel a si mismo empieza una guerra contra la prensa y contra todos aquellos que quieren elevarlo a estrella del rock mediática. 

 

Otra anécdota desgraciada que ejemplifica muy bien el fanatismo hacia el cantante fue durante la gira del VS, en el concierto del festival de Roskilde (Dinamarca), donde éste sufrió el robo de su diario personal y un libro de poemas. Es curioso, pero este pequeño incidente en una localidad tan remota como Roskilde (donde eso sí se hace un muy buen festival) no fue nada con lo que pasó años después. En verano del 2000, Pearl Jam era otra vez, uno de los cabezas de cartel de Roskilde. Aquella vez pero la tragedia se cebó en ellos. Dicen que fue debido a que los altavoces que se encontraban en la parte posterior se estropearon. La gente al no oír bien el concierto se abalanzaron hacia delante de tal manera que acabaron causando una avalancha humana en la que murieron unas ocho persona aprisionadas en las filas delanteras. La reacción inmediata de Eddie Vedder es la de pedir al público que den un paso hacia atrás. Pero ya es demasiado tarde. El suceso cae como una losa encima del grupo. El ánimo se resquebraja y los dos conciertos que faltaban para finalizar la gira son suspendidos. La sombra de la disolución planea encima del futuro del grupo. Vedder decide retirarse durante un tiempo. En este periodo, visita Barcelona y Mallorca. Pero la fuerza de Pearl Jam, la vitalidad, la rabia y el talento de Vedder pasaron el bache y volvieron a actuar al cabo de pocos meses.

Otro aspecto a destacar del carácter y la actitud frente la vida de Eddie Vedder es su profundo compromiso con muchas causas sociales, haciendo así apariciones y conciertos con la banda o en solitario en actos benéficos para el Tíbet, para fundaciones contra el hambre, contra la guerra de Kosovo, y por supuesto contra la guerra de Irak, en la que, igual que muchos otros grupos americanos, declararon abiertamente su repudia a las acciones bélicas del gobierno de Bush hijo. Probablemente el punto más álgido de su cruzada política está en la gira ‘Vote for change’ que junto con sus compañeros de banda inicia con artistas de la talla de Bruce Springsteen, Dixie Chicks o REM por todo Estados Unidos. De la forma que sea, Eddie Vedder siempre está allá para tal como dice "...si puedes animar a la gente que escucha tu música a que se informe de ciertos temas, que se movilice ante ciertas causas, puede ser algo realmente positivo, y nosotros, como artistas que somos, creo que tenemos una responsabilidad en ese sentido".

Así pues la voz del grunge, la que mejor ha resistido a los años, es la voz de la consciencia social del pueblo americano. La voz cavernosa de Vedder, aquella que algunos se atreven a comparar con la de Jim Morrisson, es la mejor narradora de miles de historias personales que se hacen universales, así como de hechos sociales que se filtran en las conciencias de todos sus fans. Eddie Vedder sigue en la cresta de la ola, aunque a veces esta se vuelve indomable.



Ficha de Eddie Vedder  
Nacido el 23 de diciembre de 1964 en Evanston, Chicago, Illinois
Nombre completo: Edward Louis Severson, III
Vocalista principal de Pearl Jam, guitarra rítmica, autor de la mayoría de letras y contribuye al diseño artístico de los álbumes con el pseudónimo de Jerome Turner.
Otros instrumentos: toca el acordeón, harmónica, ukelele, batería
Grupos anteriores: Bad Radio, Temple of the Dog
Influencias: The Who, Neil Young, The Ramones, Fugazi, The Frogs
Aficiones: surf, baloncesto (fan de los Chicago Bulls), baseball (fan de los Chicago Cubs)
Apareció en la película Singles y es el compositor de toda la banda sonora de Into The Wild.
Crítica de la banda sonora de la película ‘Into the wild’
Sean Penn presentó el 2007 una de sus películas más personales, ‘Into the wild’ (aquí presentada como Hacia rutas salvajes). El, en este caso, director de la película explicaba la historia de Christopher McCandless que abandona su vida en la civilización, se cambia de nombre por el de Alexander Supertramp, deja sus posesiones y dona sus 24.000 dólares de ahorros a la caridad para poner rumbo a la salvaje Alaska, donde espera encontrarse con la verdadera naturaleza y con la verdad de su existencia. Es un película preciosa, con una fotografía que quita el aliento y con una historia que desgarra el alma, aunque todo cabe decir, con alguna que otra trampa para sensibilizar aún más el espectador. Pero esta película tiene un complemento que le da una categoría única: su música. Interpretada íntegramente por Eddie Vedder, el vocalista de Pearl Jam, la banda sonora acompaña bellamente las imágenes en los momentos de más reflexión interior del personaje. Eddie Vedder ilumina toda la belleza del paisaje al mismo tiempo que verbaliza toda la angustia vital del protagonista. El resultado se transformó en reconocimiento tanto por los fans como por los críticos y consiguió además el globo de oro para el tema Guaranteed.
La banda sonora suena a música americana por todos los costados. Es puro folk country, donde la voz de Vedder se convierte en el mejor cronista de esta pequeña historia del sueño vacío americano. No se que otra voz hubiese podido cantar mejor temas como Society, Rise o No Ceilling, acompañado de su ukelele, la mejor compañía para este viaje. Por otro lado queda Hard Sun, una versión de Gordon Peterson, alias Indio, que es un grito magistral a la madre tierra y a la belleza que le rodea. Y es que no podía ser otro que Eddie Vedder quien cantara esta banda sonora. Y esos aullidos en The Wolf, empieza el día o viene el ocaso? El caso es que Vedder logra pintar estos paisajes que suenan a materiales ocres, a agua, a nieve y calor. Magnífica fusión entre imagen, historia y música. 
MARTÍ FIGUERAS 

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