30 abr 2009

LA TXALAPARTA





La Txalaparta es un instrumento autóctono vasco, clasificada como instrumento de percusión. Su particularidad reside en que no se conoce un instrumento similar en todo el mundo, ni por sus características físicas ni por su forma de hacer música.
Se compone de dos soportes que pueden ser cestos, banquetas o caballetes…, sobre estos algún material aislante como hojas de maíz, goma espuma o pieles de oveja, y sobre esto, uno o varios tablones para que la gama de timbres se amplíe considerablemente, que son golpeados con cuatro makillak o palos.
Las maderas más utilizadas son el “aliso”, el “fresno”, el “castaño” y el “roble” pero lo más importante de la Txalaparta no es su aspecto sino su forma de hacer música.



La Txalaparta esta relacionada con el trabajo y las fiestas que surgen alrededor de este, siempre dentro del mundo baserritarra. Lo último a lo que ha estado ligada es la fiesta que se celebraba al concluir la elaboración de la sidra. Se hacía una cena con bacalao, sardinas viejas y por supuesto, sidra y según se iban "templando" surgían las ganas de tocar la Txalaparta, y cogiendo los elementos necesarios que la componen, la montaban en el exterior, junto a la puerta y comenzaba la segunda parte de la fiesta, en la que participaban los comensales y los que al oír la Txalaparta se animaban a acudir, pues se escucha a una distancia de cinco kilómetros.

La Txalaparta, evoca el galope del caballo, animal mágico para los vascos. Es el ritmo de base a partir del cual los músicos se entregan a las improvisaciones más acrobáticas.


Su estructura rítmica exige que sean dos los intérpretes, que mutuamente se necesitan y a su vez están en continua lucha creando tensión, y la música que surge de ese encuentro no pertenece a ninguna de las dos, sino al hecho de encontrarse y dialogar.


Los viejos Txalapartaris que han mantenido vivo el instrumento en tiempos difíciles, como al acabar la guerra, lo hacían escondidos, para que no se enterara la guardia civil, porque estaba prohibido tocar la Txalaparta.
Antiguamente uno de los dos Txalapartaris tocaba permanentemente lo que llamamos “txa-kun”, dos golpes al modo de dos corcheas dentro de un compás de dos por cuatro…

El otro introducía en su parte elementos diferentes: dos golpes como de “Txa-kun”, un solo golpe , el “tu ku tun” (tres golpes), El “Txa kun doble”, (golpe a la vez con los dos palos),el “Ta ka ta ka" (cuatro golpes), y el silencio de algún toque, para crear desequilibrio, así que hay un sinfín de posibilidades de combinaciones distintas.

Actualmente ninguno de los txalapartaris mantiene el txa kun permanente, sino que tocan los dos de manera libre, respetando sus tiempos como si el txa kun siguiera existiendo., y la madera ahora se mezcla con barras de metal, con piedra, hielo…

Podemos hacer muchas combinaciones rítmicas, con diferentes intensidades, pasando paulatinamente o bruscamente del fuerte al piano y viceversa y a su vez modificar la velocidad, acelerando o reduciéndola. A todo lo anterior le añadimos otro elemento: dando los golpes en diferentes partes del tablón se consiguen diferencias tímbricas y tonales.




Existen grandes txalapartaris, como Gerla Beti, Juan Mari Beltrán o los Oreka Tx, con varios discos y una película presentada en el festival de cine de Donosti, con sus experiencias musicales, con distintas tribus aborígenes de la India, Laponia, Mongolia y el Sahara.

Un dicho vasco dice “En los tiempos en que todas las cosas sabían hablar", hoy las cosas no saben hablar pero la Txalaparta sigue siendo un puente entre la agitación y la calma, el movimiento y lo inmóvil, el ruido y el silencio..."

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